Las carantoñas, una mascarada de fábula invernal. Fiestas de Cáceres

24 Ene Las carantoñas, una mascarada de fábula invernal. Fiestas de Cáceres

Es una  de las más ancestrales fiestas de Cáceres, Extremadura. Desde muy temprano las carantoñas merodean y travesean por el pueblo, tras haber sido despertadas de su sueño con una hipnótica música de tamboriles y flautas que son el anuncio de que la hibernación ha llegado a su fin.  Como cada 20 de enero, el mayordomo ya las espera en su casa con un desayuno de migas con café. Acto seguido, según dicta la tradición, los mayordomos salen con sus familias a cubrir las calles de Acehúche con romero recién cortado, mientras hombres y mujeres de la localidad se engalanan con sus trajes típicos para asistir a la celebración más importante del año, con motivo del día de San Sebastián.

Se trata de un evento muy particular, orgullo de los acehucheños, que denota un sólido sentido de comunidad y es todo un tributo a sus raíces. Esta Fiesta de Interés Turístico Regional es una gran oportunidad para apreciar el folclor de la zona en todo su esplendor: trajes tradicionales, bailes, música y gastronomía.

Como en la mayoría de estos festividades vinculadas al entorno rural que tienen lugar a principios de año en la península ibérica, los orígenes exactos son un fascinante misterio que despierta la curiosidad e imaginación del visitante. Es evidente que se trata de diversas prácticas y rituales que  han sobrevivido al paso del tiempo y que al haberse fusionado dificultan la tarea de desentrañar significados definitivos. En ese sentido diríamos que lo que encontramos en Acehúche, los días 19, 20 y 21 de enero, es una celebración religiosa que admite simbolismos ancestrales ligados a la fertilidad, la salud y la bonanza.

Los protagonistas 

San Sebastián: fue un destacado militar milanés al servicio del emperador Dioclesiano, quien no toleró el hecho de saber que su soldado se había convertido a la fe cristiana y mandó a ajusticiarlo. El santo fue atado a un naranjo, martirizado y en estado agónico, abandonado en el campo a la espera de que las bestias salvajes terminaran devorándolo. Sin embargo, cuenta la leyenda que los animales no solo respetaron el cuerpo, sino que lo custodiaron hasta que otros cristianos lo encontraron. De ahí que se considere a San Sebastián, el amo de todos los animales.

Otro suceso que envuelve esta celebración nos remonta a la época en que los pobladores de Acehúche se encomendaron fervientemente a su patrono para que los protegiera de una peste que se extendía amenazante por la región. Se dice que la enfermedad no alcanzó al pueblo y en agradecimiento se iniciaron las procesiones en su nombre.

Las carantoñas: Son los personajes más enigmáticos tanto por su aspecto salvaje como por sus inquietos movimientos. Portan un traje elaborado con retazos de pieles de diversos animales y una imponente máscara recubierta de pelo, cuyos rasgos son definidos por colmillos, huesos, crines de caballo y chorretones de pintura roja. Como accesorios llevan colgantes de pimientos secos y ramas secas en la mano para amagar a los distraídos. Llevar este vestuario es un acto de agradecimiento a los favores recibidos durante el año. A primera vista parecen demonios andantes o bestias feroces, y aunque disfrutan de infundir uno que otro susto, la verdad es que son juguetones y simpáticos anfitriones, sobre todo cuando los niños o turistas se les acercan para tocarlos o pedirles una fotografía.

Consultando con quienes conocen mejor que nadie las fiestas de Cáceres, recogimos diversas versiones sobre significado de las carantoñas. Una de ellas afirma que es una representación de los animales que protegieron a San Seabastián después de su martirio. Otra dice que estas figuras alguna vez formaron parte de un ritual primitivo para rendir culto a la naturaleza y sus criaturas. Una apreciación distinta apuntó hacia una alegoría de la domesticación de los animales por el humano. Una teoría más, nos señaló la superposición del bien sobre el mal, es decir, San Sebastián contra los demonios.

Mayordomos: Además de estar al frente de la organización, son los encargados de recolectar grandes cantidades de romero en el campo para luego regarlo por las calles. En su casa se sirve el desayuno para las carantoñas y por las tardes ofrece degustación propia de las fiestas de Cáceres en las que no faltan dulces como las floretas y buñuelos, vino de la tierra y otras delicias regionales que con toda generosidad  ofrecen a propios y extraños.

Tamborileros. Con su melodía da la pauta de inicio a los festejos el 19 de enero y las mañanas subsecuentes, cumple con la misión de despertar a las carantoñas y amenizar la fiesta.

Vaca-tora. Es una figura provista de cornamenta presente en numerosas mascaradas y carnavales, sobre todo en las fiestas de Cáceres. Su aparición es un tanto impredecible y cuando lo hace, es para perseguir a la gente.

Regaoras. Elegantes mujeres que lucen su impecable traje típico para escoltar al santo y rendirle cantos y bailes.

Tiaores. Algunos acehucheños salen con escopetas de salva para marcar el paso de de la procesión que lleva a San Sebastián por el pueblo.

El desarrollo de la celebración

Antes de la misa, en las calles se vive un ambiente festivo con aroma a romero fresco. Los participantes, cada uno en su papel, cantan y bailan al ritmo de la música tradicional de flauta y tamboril. Con toda amabilidad los pobladores integran a los visitantes y se muestran dispuestos a responder dudas y posar para las fotos.

Como las carantoñas no pueden entrar a la iglesia,  esperan afuera durante el oficio. Al momento en que la imagen de San Sebastián va a efectuar su salida a hombros de los feligreses, los tiaores se colocan en doble fila, flanqueando la puerta y disparan sus escopetas al cielo, en el momento justo en que asoma el paso. Entonces todas las carantoñas brindan reverencias y se unen al séquito que rodea al santo para alabarlo. Durante el camino los tiraores van disparando salvas y las regaoras esparciendo pétalos y obsequiando caramelos.

Al finalizar la procesión la gente se reúne para comer y seguir compartiendo la alegría de un año más de alegría y entrañable tradición. Por seguridad, este 2021 no ha podido hacerse la celebración, pero tiramos de la memoria y estas imágenes para marcar la fecha y alimentar tanto la paciencia como el optimismo, a la espera de la próxima fiesta. Agradecemos la hospitalidad de los habitantes de Acehúche y deseamos volver a vivir esta y otras emblemáticas fiestas de Cáceres muy pronto.

Panibericana