
22 Nov El Torcal de Antequera y sus paisajes fuera de serie
El impresionante Paraje Natural del Torcal de Antequera, en la provincia de Málaga (Andalucía), abarca más de 2.000 hectáreas y permanece entre nieblas más de 90 días al año. Es un terreno agreste, caracterizado por sus numerosas torcas y un sin número de caprichosas formaciones pétreas de gran tamaño, cuyo origen data unos 160 millones de años atrás, cuando la tierra aún estaba habitada por dinosaurios. Recorrer este maravilloso lugar es toda una experiencia que reaviva nuestra capacidad de asombro.
En otro tiempo muy lejano, esta zona era un fondo marino conocido como el Mar de Tetis, comprendía gran parte del sur peninsular, desde Cádiz hasta Alicante. El extraordinario paisaje kárstico que hoy observamos, uno de los geológicamente más sorprendentes de toda Europa, fue resultado del choque en estrato de dos colosales placas tectónicas, las cuales quedaron apiladas horizontalmente, formándose, a su vez, un gran laberinto de roca caliza sedimentaria, conformado por estrechos corredores, cuevas, grietas y numerosas simas. Por su parte, la lluvia, el viento y la nieve, aprovecharon el paso del tiempo para esculpir las inmensas rocas, muchas de ellas encimadas manteniendo un sorprendente equilibrio.
Para explorar este mítico lugar, acudimos al centro de visitantes Torcal Alto, para integrarnos a una de las rutas guiadas que se ofrecen. El costo, 8 euros. Hay que ir bien abrigados y con calzado cómodo antideslizante. María Cuesta fue nuestra simpática guía. Nos recomendó no separarnos del grupo, ya que es muy fácil perderse o caer en algún agujero.
La primera parada es la más representativa del Torcal de Antequera. Las rocas se yerguen en forma de gigantescos tornillos. Las figuras se clasifican de acuerdo a su apariencia: el tornillo, la mesa, el callejón o portillo, las pilas de bollos o las caménicas. Varias de las formaciones han sido bautizadas popularmente según la apariencia: la cabeza de perro, el yunque, los gorilas, el sombrerillo, el cáliz o el dado. Muchas otras, se encuentran a la espera de que el visitante las defina según le dicte su imaginación.
Flora, fauna y fósiles prehistóricos
Por las condiciones del suelo, la humedad y el clima, toda el área es abundante en hierbas y plantas. Es fácil encontrar palmito, que suele dar higos comestibles; el rusco, utilizado para curar hemorroides; matagallo, el cual produce una miel propia; espino negro, utilizado para elaborar pacharán; rosal silvestre, cuyo escaramujo es un pequeño fruto del cual se obtiene la rosa mosqueta. Otras plantas habituales son la esparraguera, el arrubio, el espino blanco, la zarzamora, la mejorana, el tomillo blanco, el tomillo bravío, la orquídea el diente de león y un largo etcétera. Existen especies vegetales endémicas del lugar, la linaria anticaria y la curiosa saxifraga, una poderosa destructora de piedras.
Mientras nos maravillamos con el entorno, de vez en cuando avistamos cabras montesas y con un poquito de suerte es posible toparse con algún lagarto ocelado, el más largo de la península ibérica, con 70 cm de longitud y que se distingue por unas franjas azules en el dorso. El Torcal de Antequera es también hábitat de sapos de espuela, jinetas, ratones, numerosas culebras no venenosas y la víbora ocicuda con nariz de cerdo, cuyo veneno es poco potente en el humano, pero requiere atención médica oportuna para anular su efecto. Si echamos la vista al cielo, podemos reconocer buitres leonados, águilas reales y el hermoso halcón peregrino.
Sólo por las noches, el gato montés hace su aparición para merodear entre las rocas en busca de su alimento. Tiempo atrás, estas tierras eran dominadas por osos, pero lamentablemente, hace años que se extinguieron.
Llegamos a la Cueva del Tinterillo. Aunque la entrada es muy estrecha, la galería interior es amplia y mantiene una temperatura de 20 grados todo el año. En esta cavidad habitaron los neanthertales. Durante la guerra civil, sirvió como refugio a dos perseguidos. A un lado del acceso, reparamos en varios pilones usados para almacenar agua. Algunos se encuentran tapados con piedras y su líquido es potable y aporta una gran cantidad de minerales.
Pasando el laberinto de piedra, se encuentran las cuevas del Toro y la Marinaleda I, donde también se han encontrado vestigios que indican la presencia del hombre prehistórico. Uno de los hallazgos más sorprendentes del recorrido, son las huellas fósiles dejadas por amonites, un tipo de molusco cefalópodo, que se alojaba dentro de una concha provista de cavidades, la cual, al llenarse y vaciarse de agua, propiciaban su desplazamiento; este sistema de locomoción se llama retropulsión. Vivía en las profundidades marinas y se alimentaba de carroña.
Una de las últimas paradas se realiza en lo que fue una carnicería neolítica En este lugar fueron hallados restos de cerámica y otro tipo de utensilios.
Hemos llegado a un punto elevado. Si miramos al horizonte, a pesar de la niebla, dibujamos en la lejanía los Montes de Málaga, la Sierra Nevada, el sistema de la Sierra de Mijas, y si alargamos un poco más la vista, vemos el mar y África.
El Torcal de Antequera es un lugar fantástico, único. Por ello, fue escenario ideal para el rodaje de la película Furia de Titanes en 1981, y para el desarrollo de capítulos de la serie Curro Jiménez.
Después de 2 horas de recorrido, emprendemos el camino de regreso, el descenso debe hacerse con cuidado ya que estamos un poco cansados, sobre todo por el frío. Pero María ya nos ha recomendado un buen lugar para comer y cenar.
Cómo llegar: Desde Antequera son casi 16 km al Centro de Visitantes Torcal Alto. Se llega siguiendo la carretera A 7075 y luego por MA-9016. Para más información: (0034) 952 24 33 24
Coordenadas GPS: 36°57’14.10″N , 4°33’8.27″O
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